ESTANISLAO ZEBALLOS COLECCIONISTA.

Retrato de Estanislao Zeballos.

Ex libris.

Sello con la indicación: Biblioteca del Dr. Estanislao Zeballos.

Guillermo Palombo. 

Miembro Emérito del Instituto Argentino de Historia Militar, integrante del Grupo de Trabajo de Historia Militar de la Academia Nacional de la Historia, Académico Correspondiente de la Academia Sanmartiniana y del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay. 


Su producción impresa sobre diversas disciplinas (libros, folletos, capítulos en obras colectivas, artículos en revistas especializadas y diarios) supera los 300 títulos.

Por Guillermo Palombo


Estanislao S. Zeballos (1854-1923), a su oficio de estadista, literato, historiador y jurista experto en derecho internacional sumó la pasión del coleccionismo. A principios del siglo XX había reunido un notable conjunto de piezas en su casa de la calle Tacuarí 143, de la ciudad de Buenos Aires. Martín García Mérou refirió al respecto: Nada brinda una mejor imagen del carácter de Zeballos que su magnífica Biblioteca. Es un museo, una galería pictórica, un laboratorio científico, y al mismo tiempo el estudio de un hombre de sociedad. Antiguos manuscritos, curiosidades aborígenes, alfarería peruana junto a jarrones pompeyanos, recuerdos históricos; cuadros de maestros de renombre, europeos como americanos; gabinete de monedas antiguas, autógrafos, mapas, pergaminos, armas; todas las artes, ciencias y distinciones de la mente tienen representación en los vastos salones donde se encuentran agrupados, en medio de este envidiable maremagnum, cerca de 14.000 volúmenes, cuidadosamente seleccionados por su propietario”


Y aquello se magnificó cuando poco después trasladó su domicilio al suntuoso edificio de Libertad 1070, junto a la confitería París, en la esquina noroeste de Charcas (hoy Marcelo T. de Alvear) y Libertad; ambos demolidos. Las habitaciones del inmueble se fueron poblando de muebles antiguos, platería, pinturas, porcelanas y cuanto pueda imaginarse. Allí Zeballos dedicaba tiempo a sus colecciones, acompañado por su esposa María Josefa Costa Arguibel de Zeballos (fallecida en 1922), su hermana Carolina Zeballos de Shakery, su sobrina Carolina Shakery Zeballos (“Lola”), y su único hijo, Estanislao (“Talo”), nacido en 1875. Entre otras particularidades, Zeballos había ordenado habitaciones temáticas, como por ejemplo una alhajada a la moda rioplatense de 1750.


Al final de su vida, Zeballos vio derrumbarse su posición económica, solamente había acumulado deudas. A su muerte, uno de sus principales acreedores, el Banco de la Nación Argentina, embargó todos sus bienes, que fueron subastados. 


En el inventario de 450 fojas incorporado al expediente sucesorio, se incluyeron los muebles, obras de arte, libros y demás enseres existentes en la casa de Libertad 1070. Según dicho inventario, la biblioteca contaba con 36.000 ejemplares, de los cuales 16.000 correspondían a las secciones de historia, geografía y descripciones sudamericanas del norte; 15.000 a derecho y cuestiones de límites; 4.800 a instrucción pública, lectura y lexicografía; 130 a filosofía argentina y 200 a religión. En 1930 la firma martillera J. C. Naón & Compañía, en sus salones de Bartolomé Mitre 757 procedió a la subasta, a cuyo efecto se publicaron los respectivos catálogos, todos con portadas gris plomo. No hubo coleccionista ni librero de importancia que no estuviera presente. 


La dispersión fue total. Los folletos sobre temas religiosos fueron finalmente a parar a la Biblioteca Nacional, por donación de su adquirente en la subasta. La biblioteca “Tornquist” del Banco Central de la República Argentina conserva actualmente unas 500 obras, entre manuscritos, libros, revistas, folletos, parte de su archivo y correspondencia particular. La colección de viajeros se dispersó. Material importante fue adquirido por Alejo González Garaño. El coleccionista azuleño Bartolomé J. Ronco, adquirió algunos lotes de libros, folletos y planos; entre ellos un volumen con obras de José Martí –dedicado a Zeballos– que obsequió en 1947 al poeta cubano Nicolás Guillén y hoy se encuentra en la Biblioteca Nacional de La Habana, en Cuba. ¡Suelen viajar lejos los libros!


El Archivo formado por Zeballos, inicialmente integrado por 310 legajos y 30 cajas, tras permanecer inicialmente en un depósito del Banco Nación, finalmente fue transferido al Museo de Luján en 1929, donde permaneció en estado de abandono, hasta su primera catalogación en 1973 por José María Anaya Espinasse, cuando ya había sido objeto de múltiples sustracciones.


“Talo” Zeballos, por fuera de la subasta judicial, vendió en forma particular muchos ejemplares valiosos de la biblioteca de su padre al librero Julio Suárez, propietario de la famosa librería “Cervantes”, que a su vez los comercializó con sus clientes habituales. 


Los libros que pertenecieron a Zeballos son fácilmente reconocibles por el uso de dos tipos de estampilla, una circular y otra cuadrangular, y un sello en tinta característico cuya forma recuerda al papel sellado de la época de Rosas; otros llevan adherido en las guardias su ex libris en tono punzó o borravino. Son muy buscados por los coleccionistas de hoy. Evocan al propietario, recogido largas horas en el silencio de su biblioteca, alejándose del rumor y hervor de la vida cotidiana, y dedicado a elaborar su obra, particularmente los 76 volúmenes de su Revista de Derecho, Historia y Letras (1898-1923) que es como un faro que proyecta su luz sobre las aguas en la ansiedad de la noche.


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