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FOTOGRAFÍA

Pinta BAphoto 2022 - CATÁLOGO FOTOGRÁFICO Nº 9

Retrato de San Martín. Toronto, Canadá. 2019.

Daguerrotipo de un cuarto de placa. Paspartú artesanal de vidrio pintado de negro y filete dorado. Etiqueta del artista al dorso. Medidas. Fotografía: 9 x 7,5 cm. Paspartú de vidrio: 15,4 x 12,8 cm. Ejemplar numerado: 2/3. Obra en óptimas condiciones. 


Sabemos que la iconografía del general José Francisco de San Martín y Matorras (1778 - 1850) fue muy rica a lo largo de su vida, pero lo cierto es que sólo acudió a un estudio fotográfico ya anciano, respondiendo a los deseos de su hija Mercedes. En aquella ocasión se obtuvieron dos retratos, dos únicos daguerrotipos. Esta dificultad fue salvada a través de la reproducción litográfica y de manera aún más extendida, por medio de las pequeñas tarjetas de visita fotográficas. Poco más allá de una década de las tomas hechas por un daguerrotipista parisino, la figura de San Martín se multiplicó en las famosas carte-de-visite producidas mediante el sistema de un solo negativo y numerosas copias. Dicha práctica -las imágenes eran reproducciones de grabados, de retratos pictóricos y también de su figura daguerreana- se convirtió en una moda, la de coleccionar tarjetas de visita, dando origen al álbum fotográfico familiar, el que generalmente se iniciaba con los retratos de las figuras públicas más destacadas, obviamente, entre ellas, el Padre de la Patria. Pero retornando a los daguerrotipos -uno se extravió en el siglo XIX-, hoy sólo nos queda la posibilidad de apreciar el único salvado, el que se conserva en el Museo Histórico Nacional. Al menos, así sucedía hasta que el artista canadiense Mike Robinson realizó esta serie de tres copias.


Dejemos ahora que el gestor de esta iniciativa, Carlos Vertanessian, coleccionista de daguerrotipos e historiador, nos relate pormenores de la iniciativa: 


«En 2019 comisioné al doctor Mike Robinson de Toronto, Canadá, la realización de un facsímil daguerreano restaurado de la toma al daguerrotipo original para la cual posó el General San Martín y que pertenece al Museo Histórico Nacional. A mi juicio, Robinson era la única persona con la capacidad para encarar el desafío, ya que es reconocido mundialmente como quien más ha estudiado y practicado la técnica original hasta dominarla, incluso al punto de construir los aparatos necesarios para el procesado. Su tarea partió de un archivo de alta resolución que, luego de ser restaurado digitalmente para eliminar imperfecciones y la oxidación periférica del original, fue objeto de una nueva toma sobre placa daguerreana, para luego ser revelada por el método tradicional con vapores de mercurio. Solo se realizaron tres facsímiles idénticos; el que se ofrece es el único que alguna vez estará disponible y lleva el número 2/3 de la serie, que está indicado sobre la etiqueta que confeccionó el artista y adhirió al dorso: GENERAL JOSÉ DE SAN MARTN. RESTORED REPRODUCTION 2019. © MIKE ROBINSON, TORONTO. ORIGINAL 1848. UNKNOWN MAKER, PARIS. NATIONAL HISTORY MUSEUM, BUENOS AIRES, ARGENTINA. 2/3. [FIRMA DE ROBINSON]”.»


«Es sabido que el General posó una sola vez para la cámara a comienzos de 1848 en París. En dicha oportunidad se realizaron al menos dos tomas. Una lo muestra en pose napoleónica como la que reproducimos, y la otra con las manos en reposo sobre el posa brazos. La placa original de esta última permanece desaparecida y sólo se conoce de su existencia por una reproducción fotográfica que la familia encargó al estudio parisino de Robert Bingham hacia fines de la década de 1860. Ambas tomas tuvieron un destino dispar y fueron base de series y reproducciones por diversas técnicas a partir de la muerte del prócer en 1850. He abordado el desarrollo de este tema en un capítulo de mi nuevo trabajo bajo el título Retratos del Plata. Historias del daguerrotipo. 1839-1859, que será publicado este año bajo el sello editorial de la Fundación CEPPA.»


«El valor iconográfico que reviste el daguerrotipo del General para las naciones que libertó es máximo, por lo cual estamos frente a una oportunidad única de poseer una réplica exacta –y hasta me animo a decir mejorada artísticamente– del único testimonio visual veraz de su semblante cuando contaba con setenta años de edad.»


AUTOR/A MIKE ROBINSON
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