VOLVER

ARTE

Lampalaguas en la selva. Litoral argentino, finales del siglo XIX.

Óleo sobre tabla. Medidas: 21,7 x 32,4 x 0,5 cm. En el ángulo superior izquierdo, los números “14 - 3” marcados sobre la madera. Al dorso posee la huella de dos maderas verticales, y restos de papel y de un lacre.


Un hombre que acaba de descender de su canoa, antes de la bifurcación de un río americano, es sorprendido por un grupo de sierpes ocultas en la espesura vegetal, a las que interrumpe en su ritual reproductivo. Son víboras lampalaguas, la hembra de gran porte aparece rodeada de tres machos más pequeños. Los cuatro amenazantes reptiles abren sus fauces y tienen los ojos enardecidos, rojos, y sus lomos brillan en múltiples colores. El explorador en tierra se inclina hacia atrás, asustado y sin tiempo, sostiene su rifle con la mano. Mientras tanto, presto, su compañero en el bote las apunta con su escopeta Vitteri. Detrás de esta escena en primer plano se desarrolla un paisaje selvático. Ambas riberas pobladas de una densa vegetación, de la que se elevan altas palmeras recortadas contra el cielo. En el lado izquierdo observamos una choza con una construcción menor, de la que presumimos, provienen los dos personajes; y en lado derecho, el encuentro entre los hombres y los reptiles. El clima psicológico del paisaje tenso de peligro se ve intensificado por la paleta de colores, en la que dominan los cálidos en los múltiples verdes de la vegetación, y el celeste pálido y ocre del cielo reflejado en el agua. La escena con su fuerza narrativa parece presagiar, para nosotros, los cuentos de Horacio Quiroga.


Se despliegan en esta pintura todos los rasgos de la obra de Methfessel. En primer término, el protagonismo del paisaje. Fue sin dudas este artista suizo que vivió en Argentina durante treinta y un años, ante todo un paisajista, fascinado por la densa vegetación de la selva. Detalla en sus obras, como aquí, las diversas especies vegetales, como las tres grandes palmeras que se incluyen en la escena del primer plano, pintadas con mayor intensidad y grado de detalle, los árboles de la orilla de enfrente, el musgo “barba de viejo” que cuelga de éstas y aquéllas, y la mata de la que surgen las víboras. Por el contrario, las figuras humanas ocupan un lugar secundario . Fue Methfessel “émulo de Goethe, otro amante de la expresión primigenia de la tierra, quien elaboró su filosofía del arte partiendo del estudio fervoroso, cálido, del mundo que nos rodea” [1]. Los personajes, por el contrario de ser protagonistas, dan la espalda al observador porque ellos mismos -como nosotros- contemplan absortos la naturaleza. Otra característica notoriamente methfesseliana es el tamaño de la obra. Los 21,7 x 32,4 cm de esta pieza se asemejan a la medida de prácticamente toda su producción, especialmente la realizada durante sus viajes exploratorios en el norte y sur del país. 


Felix Ernst Adolf Methfessel (Berna 1836 - 1909) fue un pintor y dibujante suizo. Realizó estudios de pintura y dibujo en la Academia de Arte de Berna y de jardinería artística en Bruselas, y más tarde se graduó como arquitecto de jardines en la escuela Sanssouci de la ciudad alemana de Potsdam, ocupado en esta actividad en su juventud [2]. Llegó a Buenos Aires en 1864, vinculándose al alemán Germán Burmeister, por entonces director del Museo de Historia Natural. Iniciada la Guerra de la Triple Alianza viajó a Corrientes siguiendo a las tropas movilizadas. En el teatro de operaciones documentó el fragor de la lucha; así lo indicó el periódico porteño La Tribuna: «Nos acompañaba el Sr. Adolfo Methfesseld [sic]. Este joven es el único artista que sigue al ejército aliado, dibujando todos los lugares que conquistan nuestras armas, levantando planos y formando croquis de las batallas». Y fruto de aquella experiencia como cronista de guerra, la casa de Julio Pelvilain, el establecimiento de litografías más importante de la época en Buenos Aires, anunció en 1869 la publicación del Álbum Methfessel Escenas de la Guerra del Paraguay. Entre 1872 y 1873 realizó la serie de acuarelas para la Historia del Paraguay de E. S. Zeballos, inédita.


También se desempeñó como dibujante del Museo Público de Buenos Aires. Entre 1878 y 1885 fue profesor de dibujo en el Colegio Nacional de Tucumán. Regresó por descanso a Europa ese año, donde estudió pintura en Karlsruhe con el paisajista Georg Hesse (1845-1920). Al año siguiente, en 1886, viajó a Buenos Aires y fue nombrado dibujante y acompañante de expedicionarios del Museo de La Plata. En 1889 se traslada a Catamarca donde registra plásticamente hallazgos arqueológicos indígenas, y en 1892 viajó con Ambrosetti a Misiones, donde realizó sus dibujos de las costumbres de los indios cainguá y sus grandes obras pictóricas referentes a la selva y las cataratas. En 1895 regresó a su Berna natal, donde continuó pintando paisajes selváticos.


Nota:

1. Guillermo Whitelow, Methfessel entre nosotros, en el catálogo de la exposición “Adolf Methfessel” en el Museo Nacional de Bellas Artes, 1984.

2. Se conoce un Plano de su autoría -firmado por Methfessel, “Ingeniero de Jardines”- con el título de “Proyecto de Jardín Público, Botánico y de Enseñanza en los ramos de Horticultura y Labranza”, en Buenos Aires.


Agradecemos la información brindada por la doctora Guiomar de Urgell, especializada en la obra de este autor y con un libro sobre el mismo en etapa de pre-impresión, el que incluirá esta obra en su addenda.



S.O.XXV-LOMM

AUTOR/A ADOLF METHFESSEL

¿Le interesa vender algunas obras?

Envíenos un correo electrónico indicando brevemente
qué obras piensa poner en venta, y le responderemos. Haga click aquí­

Suscríbase a nuestro newsletter para estar actualizado.

Ver nuestras Revistas Digitales