ARTE POR ARTE

Una espiral dialéctica. Circa 1963.

Gelatina de plata, medidas 14,2 x 19 cm. Al dorso sello húmedo “Fotografía: Sameer Makarius. tel 795 - 2768. Santa Rosa 1964. Vicente López - f.c.n.g.b.m. Argentina”. Escrito en bolígrafo: “Franco di Segni “Una espiral dialéctica…” móvil cardánico con motor. Bronce 1963”.

Con un excelente juego de luces sobre fondo oscuro, Sameer Makarius realiza esta toma fotográfica muy lograda sobre esta obra geométrica realizada en bronce. Para acentuar el efecto astronómico Makarius registró esta escultura con un fondo negro y borró con un marcador del mismo color el cable que sale de la base, a fin de que la escultura “flote” en el espacio. Una espiral dialéctica es una obra del artista Franco Di Segni cuya construcción es de característica cardánica.

Accionadas por un motor, estas esculturas poseían movimiento mediante el sistema mecánico inventado por el físico matemático Gerolamo Cardano -de quién deriva su nombre- a través de la rotación desde un eje de conducción a otro no lineal. Como efecto final, los círculos concéntricos que reúne la escultura pueden moverse independientemente, y en tres fases. El efecto visual es astronómico, al modo de los aparatos que imitan el girar de las esferas celestes. Estos movimientos son concéntricos, ¿en dónde reside la espiral de la que habla el escultor en el título? en el caño de bronce cilíndrico que sostiene al conjunto, y lo adosa a la base de mármol. Nótese que es una línea espiralada. Interesante juego dialéctico, el conjunto se mueve sobre sí mismo, y a través del espacio, mediante esa espiral.

La dialéctica es a la vez un concepto caro a este artista de origen italiano, puesto que además de pintor y escultor fue escritor, conjugando en sus textos arte, psicoanálisis y teoría grupal. 

En cuanto al fotógrafo, integró una corriente migratoria que se inició luego de la Primera Guerra Mundial, y que se acentuó tras la segunda conflagración. Talentosos artistas de la cámara que escapaban de las convulsiones bélicas, políticas y raciales del viejo continente, llegaron a nuestro país.

Buenos Aires en especial acogió durante esas décadas a refugiados del Este; alemanes, polacos, rusos o húngaros -en este país se había iniciado Makarius en las artes- dispuestos a encarar una nueva vida. En dicho grupo de autores gráficos se destacó por sus múltiples iniciativas el pintor y fotógrafo Sameer Makarius (1924. El Cairo - 2009. Buenos Aires), quien arribó a esta ciudad en 1953 y de inmediato se involucró en múltiples actividades fotográficas a través de exposiciones, conferencias, publicaciones, etc. Apenas tres años más tarde formó parte del Grupo Forum (integrado por fotógrafos contemporáneos) y en la década siguiente publicó dos libros (1) y se embarcó en un ambicioso proyecto iconográfico realizando más de 150 retratos fotográficos sobre artistas consagrados y emergentes; entre los primeros se encontraba el notable plástico italoargentino Franco Di Segni (1910-1985) a quien plasmó en su taller espátula en mano.

La relación de Makarius con este pintor, escultor y escritor fue muy estrecha y se vio reflejada en el libro que Franco Di Segni le dedicó bajo el título "Muerte y Destrucción en un cuadro de Sameer Makarius - Psicoanálisis aplicado al arte", publicado en Buenos Aires en 1960 por Ediciones del Movimiento NOA. (2)

Su hija Lelila Makarius nos relata que ambos hombres desarrollaron una buena amistad a través del tiempo y que Eva Reiner de Makarius, usó toda la vida una joya geométrica  -colgante con perla tipo collar- obsequiada por Franco Di Segni. Debemos señalar que, en los últimos años, se ha producido una revalorización significativa sobre la obra fotográfica de Sameer Makarius.

Notas:

1.  Buenos Aires y su gente (en 1960) y Buenos Aires, Mi Ciudad (en 1963).

2. Además del título citado, Di Segni publicó Un método para la comprensión del arte y Hacia la pintura -psicoanálisis aplicado al arte.

Abel Alexander

Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía