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LA HISTORIA CONTINÚA, SE CELEBRÓ LA 37° FIESTA NACIONAL DE LA ARTESANÍA.

Hugo Da Silva. Su memoria estuvo presente en toda la agenda. Junto a Avelino Bravo, el creador de la Fiesta Nacional de la Artesanía, y enorme sostén para su desarrollo.



Alejandra Taritolay, maestra artesana de Animaná, provincia de Salta. Una de las grandes animadoras en cada edición de la Fiesta. Fotografía: Prensa Municipio de Colón (E. R.)



El bombisto Froilán González, su presencia fue convocante. Fotografía: Prensa. Municipio de Colón (E. R.)


La Rueca de Plata, el premio mayor. En cada edición se entrega al Maestro artesano, al Artesano calificado y a la Producción artesanal. En 2022 los elegidos, en ese orden, fueron Cristian Tato Soriano, Gabriela Junco y Daniel Soler.



Jorge Bojanich

(Capitán Sarmiento, 1956)


En su ciudad, Capitán Sarmiento -provincia de Buenos Aires-, se ha desempeñado como Coordinador de Cultura y Artesanías, y desde 1987, director de Cultura Municipal, además de ser el fundador y coordinador del Encuentro Nacional de Artesanos Cahuané y Encuentro de Jóvenes Artesanos del País.


Por su compromiso, trayectoria y conocimientos, entre otras actividades, ha formado parte de los Jurados de Selección y Premiación en la Feria de Maestros Artesanos (Rosario, prov. de Santa Fe), Fiesta Nacional del Poncho (Catamarca), Salón Nacional de Creatividad (Berazategui, prov. de Buenos Aires), Feria Nacional de Artesanías (Cosquín, prov. de Córdoba), Salón Provincial de Artesanías Celestina Currumil (Rawson, prov. de Chubut), Bienal del Chaco, Feria de Artesanías Aborígenes Chaqueñas (Quitilipi, prov. del Chaco), Concurso Nacional de Artesanías (Fondo Nacional de las Artes, CABA) y Fiesta Nacional de la Artesanía (Colón, prov. de Entre Ríos).

Por Jorge Bojanich

Comenzaba el mes de diciembre del pasado 2021 y la expectativa del artesanado argentino crecía. La gran pregunta, era: ¿se llevará a cabo la edición de febrero próximo? ¿Será posible, sin su gestor, sostenedor y alma, el artesano y dirigente Hugo Da Silva? El 21 de septiembre, muy poco tiempo antes, Hugo nos había dejado después de una cruel enfermedad, y con su adiós todo era dolor, pero también, compromiso y esperanza.


En ese primer momento de incertidumbres, las autoridades municipales manifestaron su voluntad y deseos, y mediante dos verdaderos puntales como Betina Di Pascua y Gustavo Da Silva -el hijo mayor de Hugo, también un importante artífice y escultor-, las reuniones le dieron paso a la decisión: la historia debía continuar.


Fue así que, mediante el trabajo de Betina y junto a Gloria Campodónico, se realizó la instancia selectiva de artesanos para la participación en la feria, se designó al jurado y se avanzó con todo lo concerniente a alojamientos, charlas y encuentros, demostraciones, distribución de stands, carpas, premios, etc., mientras que Gustavo estuvo al frente de la organización y coordinación del Patio de Tallistas. Además, todo un equipo provisto por el Municipio regenteó las acciones complementarias y se encargó del Espectáculo en el escenario mayor de la Fiesta.


Es de imaginar, el esfuerzo fue notable, aunque resultaba imposible disimular la ausencia del alma mater de esta reunión internacional, en especial en todo lo referido a las artesanías y sus autores, Hugo Da Silva. La experiencia, el conocimiento, la claridad, su fortaleza y el poder de síntesis de Hugo en cada uno de los aspectos de la feria, es difícil de suplantar.


Por eso merece destacarse el gran trabajo que este año realizó el grupo humano reunido desde la organización en torno a su figura; además de los técnicos y maestros artesanos de distintos puntos del país, todos muy allegados a la fiesta, que se pusieron a disposición de la misma, desarrollando una fundamental colaboración desde las instancias selectivas, la premiación, el asesoramiento... E inclusive, la actuación de una Comisión de Ética que también trabajó a destajo para dejar un precedente de importancia en cuanto a la evaluación general, atendiendo aspectos tan diversos como la calidad de la presencia artesanal, alojamientos, carpas, cartelería, publicidad, etc.


La feria al fin se desarrolló con buen tiempo en general -un aspecto de vital importancia- desde el sábado 5 de febrero hasta el pasado domingo 13 del corriente.


Uno de los cambios realizados por las actuales autoridades municipales, fue la distribución de las carpas. Esta vez se instalaron a lo largo del Boulevard Ferrari, teniendo una marcada separación unas de otras, ante el período de pandemia que nos toca vivir; desarrollándose dentro del Parque Quirós el importante encuentro de Tallistas y el ampuloso espectáculo musical que nos tiene acostumbrados la fiesta en cada noche.


El acto de apertura fue muy emotivo y templó las fortalezas. Distintas voces remarcaron las condiciones de Hugo Da Silva, este gran trabajador de la cultura y maestro artesano; lo hicieron desde el corazón, desde sus experiencias, y frente a su familia. La emoción y el deseo de continuar su legado nos estrechó a todos: se iniciaba así la primera edición sin su presencia física, y estaba allí la voluntad de realizarla en su homenaje.


El público, como todos los años, se dio cita marcando los fines de semana con una presencia masiva, y en especial, los días en que la feria abrió sus puertas en horas de la mañana y en forma gratuita, desnudando otra vez el problema que causa el alto costo de las entradas en los días que el horario va desde las 19 a las 24 horas.


En una de las carpas se destacó la presencia de los artesanos de pueblos originarios, que presentaron aspectos vitales de sus culturas a través de distintos oficios. Fue así como las provincias de Misiones, Chaco, Formosa y Salta acudieron con artesanos/as Qom, Mocoví, Wichí, Mbya Guaraní y Pilagá, entre otros. Además, distintas instituciones provinciales y regionales expusieron, en dos carpas habilitadas para tal fin, destacándose especialmente el Museo de Artesanías Aborígenes Chaqueñas de Quitilipi, la Bienal del Chaco, el Mercado Artesanal de la provincia de Jujuy, y el Taller de Soguería de Capitán Sarmiento, provincia de Buenos Aires.


Al recorrer las otras tres carpas en las que se presentaban los demás artesanos, incluidos los premiados en los años previos, fue posible advertir que los convocados cubrían los trece rubros de artesanías, aunque se notó una marcada disminución en los oficios de asta y hueso, la piedra y el papel. Esta señal, entiendo, requiere de manera urgente el desarrollo de tareas de incentivación, promoción, transmisión y realce en especial en estos rubros. Al margen de esta alerta, la presencia de artesanos/as maestros/as calificados, y de aquellos que en su oficio realzan la actividad, le dio a la Fiesta la jerarquía que hasta aquí la ha distinguido, y en el presente año, el desafío no era menor.


En la edición 2022, inolvidable para todos los que estuvimos y fuimos parte de su desarrollo- se homenajeó el rubro textil, realizándose en una carpa especial, distintas demostraciones durante todos los días, con tejedoras, hiladoras/es, teñidoras/es e investigadores. Los distintos telares, las ruecas, los husos, los espacios de exposición y hasta los libros, se ocuparon de un oficio tan relevante, tan antiguo, tradicional y contemporáneo, en esta ocasión bajo el lema “Tejiendo la Vida”.


En otra propuesta de interés para el público, el gran maestro artesano Carlos Moreyra -un alfarero de enorme jerarquía- y el joven forjador Facundo Fadón, llevaron adelante distintos talleres y demostraciones en vivo, enriqueciendo la agenda diaria con el título de “Domadores del Fuego”.


Como es una tradición en la Fiesta Nacional de la Artesanía, no faltaron las charlas debates, coordinadas por la Unión de Artesanos Argentinos, abordando distintos aspectos de la problemática artesanal de nuestro país, y brindando un marco adecuado para la presentación de libros a cargo de Pablo Bonaparte y Walter Maidana.


Los distintos jurados, cumplieron día a día una ardua tarea en la selección de los premiados, y todo culminó el domingo de cierre, con el clásico asado y el reconocimiento entre pares. Expectativas, alegrías y emociones cautivaron a todos los presentes: artesanos, autoridades y jurados. Hubo menciones especiales y los premios mayores, las llamadas “Ruecas de Plata”, y el premio a los ganadores en El Patio de Tallistas.


En una ceremonia tan íntima, el nombre de Hugo Da Silva corría de boca en boca, de lágrima en lágrima. Fue allí que, con gran emoción, pude referirme a él ante la presencia fundamental de todo el artesanado, junto a Tere Castronuovo de Santiago del Estero y al maestro artesano de Villa Gesell, Jorge Soto.


Para finalizar esta crónica especial, esbozada en el correr de la Fiesta y redactada unas pocas horas después de su cierre, creo y deseo fervientemente que, en honor a Hugo, todos, autoridades, artesanos, técnicos y coordinadores, debemos hacer el mayor de los esfuerzos, y brindar el apoyo y trabajo, para que la Gran Fiesta de los Artesanos continúe por siempre en el lugar que vio nacer a esa extraordinaria persona llamada Hugo Da Silva: la ciudad de Colón, en la provincia de Entre Ríos.


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