¿NOS TOMAMOS UN CAFÉ Y DISFRUTAMOS DEL RESCATE DE LA CONFITERÍA DEL MOLINO?















Frente al Congreso de la Nación, la fachada del edificio que alojaba la Confitería del Molino, ícono arquitectónico de nuestra ciudad, fue una herida abierta por muchos años en el patrimonio de Buenos Aires. Su constante deterioro -se cerró en 1997- y frente mismo al espacio de trabajo de los legisladores de nuestro país, era otra muestra cabal del retroceso que hiere la cultura argentina.


Pero, nobleza obliga, los más agoreros pronósticos se revirtieron en un presente esperanzador. En 2014 fue aprobada su expropiación y en 2018 la Comisión Administradora del Edificio del Molino tomó posesión del inmueble para dar inicio a las tareas de rescate de su antiguo esplendor. Dichas labores avanzaron luego de trazar un Plan de Restauración Integral que incluye la dimensión material e inmaterial de los bienes culturales allí reunidos desde la inauguración de la confitería hace más de un siglo, el 9 de julio de 1916, en el Centenario de nuestra Independencia. 


Para avanzar con esta tarea fue necesario acudir a maestros artesanos de numerosos oficios; desde albañiles a especialistas en cerámicas, vitrales, maderas, mármoles, hierros y otros materiales. Para recuperar los vitrales y la crestería ornamental que remataba el edificio, perdidos hace años, debieron acudir a fotografías antiguas, incluso tomadas por particulares, en un gran éxito de la gestión patrimonial llevada adelante por un equipo interdisciplinario.


Otro dato de interés, Paula Farina Ruiz -asesora externa en vitrales-, en colaboración con las especialistas catalanas Sílvia Cañellas y Núria Gil Farré, estudió con profundidad los vitrales de la cúpula y del salón principal, los que despliegan escenas del Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra, y descubrió que las nueve composiciones están basadas en la versión ilustrada con las litografías del francés Gustave Doré (1832-1883).


El plan promete un museo de sitio y el centro cultural "De las Aspas", en alusión a las que le dieran vida al viejo molino harinero que funcionaba en el sitio desde tiempos virreinales y el que le dio identidad a la confitería, girando a lo alto en el frente de su edificio, hoy ya restauradas.


Los invitamos a disfrutar de un interesante diálogo entre el arquitecto argentino Guillermo García, responsable del Área Técnica de la restauración del edificio del Molino, y en Barcelona, Amílcar Vargas, responsable de Patrimonio Mundial en la Casa Batlló, obra de Gaudí. El video permite comparar ambas obras de arte arquitectónico del modernismo de comienzos de siglo XX, y su recupero: ver el video.


Fotografías: Guadalupe Alonso (Comisión Administradora - Edificio del Molino)


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