EL CAMINO DE LOS JESUITAS CON TONADA CORDOBESA.

Iglesia Mayor de la Compañía de Jesús, fachada sobre la calle Caseros con la entrada a la Capilla Doméstica. Ciudad de Córdoba, Argentina. Fotografía: Agencia Córdoba Turismo.

Ejemplares que formaron parte de la Biblioteca Mayor iniciada en 1618. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Fotografía: Biblioteca Mayor, UNC.

Jesús María, Córdoba. Fotografía: Agencia Córdoba Turismo.

Santa Catalina, Córdoba, Argentina. Fotografía: Agencia Córdoba Turismo.

Interior de la iglesia, estancia jesuítica Alta Gracia, Córdoba. Argentina. Fotografía: Agencia Córdoba Turismo.

La presencia de la Compañía de Jesús en la actual provincia de Córdoba, Argentina, iniciada en 1599, ha dejado importantes huellas arquitectónicas, las que hoy forman parte del llamado Camino de los Jesuitas, un recorrido que en toda su extensión abarca las actuales repúblicas de Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay y Brasil, reuniendo 42 sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tanto naturales, como culturales, materiales e inmateriales.


En el espacio geográfico que comprende la “Docta” argentina pueden visitarse la manzana jesuítica de su ciudad capital -los trabajos de construcción se iniciaron en 1608- que engloba la universidad, la iglesia, la residencia de los padres jesuitas y el colegio Montserrat, y seis estancias: Colonia Caroya (1616), Jesús María (1618), Santa Catalina (1622), Alta Gracia (1643), La Candelaria (1683) y San Ignacio (1725), esta última, cuyo casco está ubicado en las proximidades de Santa Rosa de Calamuchita, no fue incluida entre los bienes que forman parte del Patrimonio de la Humanidad debido al deterioro que la castigó de modo irreversible.


En pleno centro histórico de Córdoba -en la manzana comprendida por la Av. Vélez Sarsfield y las calles Duarte Quirós, Obispo Trejo y Caseros- se encuentra este complejo jesuítico que incluye la iglesia de la Compañía, la Capilla Doméstica, la Residencia de los padres, el Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba (antiguo Colegio Máximo de la Compañía de Jesús) con sus dependencias administrativas, Claustro, Salón de Grados y Biblioteca Mayor, y el Colegio Nacional Monserrat.


En la Biblioteca Mayor se atesora un maravilloso patrimonio bibliográfico formado por los ejemplares que se preservaron de la antigua Librería Grande o Mayor, inaugurada en 1613, la que llegó a reunir unos cinco mil volúmenes con todo el saber espiritual y científico de la época, hasta que debido a la expulsión de la orden en 1767, la misma quedó en poder de la Junta de Temporalidades y más tarde en el Convento de Predicadores, desmembrándose en 1812 cuando la Junta de gobierno patrio ordenó que una parte de aquellos libros se enviara a Buenos Aires para dar origen a la Biblioteca Nacional. Finalmente, estos últimos retornaron en 1999 y hoy se exhiben con gran cuidado y aprecio en las salas acondicionadas del Museo Histórico de la Universidad Nacional de Córdoba.


Por la provincia


Si decidimos visitar las estancias jesuíticas, nos internaremos en la vida de aquellos religiosos comprometidos con la evangelización de los “infieles” y también con su formación en oficios, capacitándolos para desempeñarse en los obradores textiles, en las herrerías, carpinterías y demás talleres, y hasta en las actividades ganaderas. Pese a su capacitación, aquella mano de obra aborigen no cubría todas las necesidades y los jesuitas lograron una autorización para adquirir esclavos negros, quienes se sumaron a tales labores, siendo muchos de ellos diestros jinetes -se sabe que hasta fueron designados capataces-, quienes han sido incluidos entre los precursores del gaucho.


En Alta Gracia -ubicada a tan solo 40 kilómetros al suroeste de la ciudad de Córdoba- encontrarán el Museo Nacional Estancia Jesuítica y la Casa del Virrey Liniers. La edificación preservada nos muestra en la iglesia una arquitectura influenciada por el barroco italiano tardío. También se conserva la residencia -construida en forma de L- donde se encuentra el museo con una importante colección de objetos provenientes de los siglos XVII al XIX.


Hacia el norte de la ciudad capitalina, apenas a 50 kilómetros, localizamos la estancia de Caroya, hoy emplazada en la localidad de Colonia Caroya, la que fuera la primera estancia de la Compañía de Jesús en el territorio cordobés. Allí los espera un museo con su visita guiada. Apenas separada por 4 kilómetros ubicamos la estancia jesuítica Jesús María, dedicada en su día a la producción vitivinícola. Hoy se pueden visitar la iglesia, la residencia, la bodega, los restos de los antiguos molinos, el perchel y el tajamar. La estancia es un Museo nacional.


Pocos kilómetros más al norte se encuentra la estancia de Santa Catalina; el mayor conjunto arquitectónico edificado por los jesuitas fuera de la ciudad de Córdoba. En su época de esplendor bajo el control de los miembros de la Compañía de Jesús reunía miles de cabezas de ganado vacuno, ovino y mular, y viñedos y frutales, además de la iglesia con sus dos torres, los patios, los talleres -funcionaba una herrería, una carpintería y el batán-, el tajamar, las huertas y las rancherías. Recorrer esas instalaciones acompañados por un guía local es el mejor modo de conocer historias y anécdotas de la vida cotidiana documentadas en las crónicas de la época y verificadas con los estudios modernos.


En esta ruta de las estancias jesuíticas, cultura y turismo van de la mano.  En su tiempo, las estancias cumplían una importante misión como proveedoras de bienes para la comercialización, nos referimos al ganado vacuno en pie y a las mulas -los jesuitas desarrollaron verdaderas organizaciones económicas-, bienes para el consumo propio -por ejemplo, la carne vacuna, e incluso el vino- y hasta de materias primas para la producción en sus talleres, en referencia a la lana que era hilada, teñida y tejida en los obradores dirigidos por los padres formados en dichos oficios, o los cueros que en esas manos diestras se convertían en asientos, petacas y otros  bienes de uso.


En 1767, una orden real dispuso su expulsión de todos los territorios de la corona hispánica; aplicada sin demoras su alejamiento provocó un paulatino deterioro de aquellas instalaciones y centros de producción. Puestas en valor nuevamente, visitarlas es abrir una ventana a aquel pasado que hoy se reescribe con otras miradas. En pleno descanso veraniego, le proponemos una brisa de cultura que enriquece el ocio.  


Manzana Jesuítica de Córdoba: VER VIDEO


Para mayor información: www.caminodelosjesuitas.com



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