Buenos Aires, un paseo por las huellas de 1910.

Mapa con los 17 puntos del recorrido, incluyendo los de la entrega anterior.

Guillermo Vega Fischer

(Buenos Aires, 1979)


Compositor, pianista, dramaturgo, director musical y teatral, egresado de la Universidad Nacional de La Plata. Dirige junto al artista visual Pablo Archetti la Compañía Canción Nocturna del Caminante con la que estrena óperas de su autoría, como En la colonia penitenciaria, sobre el cuento de Franz Kafka; El infierno musical, sobre el libro de Alejandra Pizarnik y Canción nocturna del caminante y su pálido compañero, sobre canciones de Franz Schubert. Actualmente gestan una nueva ópera sobre la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires en 1871. Integra el grupo fundador de Hibridaciones Escénico Musicales, colectivo de estudio, difusión y apoyo a la ópera contemporánea y el teatro musical. 

 

Aquí su página con su producción: www.ccnc.com.ar


Dentro del equipo de Hilario se ocupa de la investigación y catalogación, especialmente en las áreas de las artes visuales, fotografía patrimonial, cartografía y literatura.


(Segunda y última entrega)


Por Guillermo Vega Fischer


El mes pasado comenzamos este recorrido tras las huellas de la Exposición del Centenario de la Revolución de Mayo de 1910. El centenario encontró a nuestro país en el cénit de su desarrollo económico, y el gobierno y la sociedad quisieron celebrarlo a lo grande y exhibir al mundo y así mismos aquella grandeza. Se montaron cinco pabellones temáticos, Agricultura y Ganadería, Ferrocarriles y Transportes Terrestres, Bellas Artes, Industria e Higiene, reuniendo en total 35 bellísimos edificios levantados específicamente. En la entrega anterior (VER) describimos los primeros cuatro, constatando que casi nada resta de aquellas joyas arquitectónicas. Completamos en esta segunda entrega el quinto pabellón, de Higiene, y concluimos con el final feliz de esta promenade, los monumentos, obsequios de las colectividades europeas a nuestra nación, todos ellos perduran. Ésta es una invitación a recorrer realmente -es decir, más allá de la virtualidad de internet- aquellos monumentos, esculturas y edificios, testigos de aquel acontecimiento histórico de nuestro país y que embellecen nuestra ciudad de Buenos Aires. Para ello completamos el mapa que trazamos el mes anterior, incluyendo un total de 17 puntos de visita, entre los edificios y monumentos conservados, o las locaciones donde fueron emplazados. Provistos de calzado cómodo y agua fresca, y recorramos la ciudad en primavera, en la búsqueda de su historia y belleza.



Pabellón de Higiene


Frente del Pabellón de Higiene.



La sanidad pública ocupó un aspecto vital en la Exposición del Centenario y la exhibición reunida en el Pabellón de Higiene coincidió con un Congreso Internacional de la materia que se desarrolló en Buenos Aires. Se instaló en un amplio predio perteneciente al Ferrocarril del Pacífico ubicado entre la Avenida Alvear (hoy Libertador) entre Tagle y Agüero. El Palacio Unzué fue su sede principal. Se exhibieron distintos avances sanitarios (como el inodoro), maquetas de tendidos de cloacas, instrumental médico moderno e instalaciones para hospitales. También participaron empresas de agua mineral y hubo kioscos instalados por distintas farmacias porteñas y varios laboratorios, los cuales enseñaron su producción medicinal y de perfumería. Respecto a esta exhibición, volvemos a uno de los motivos que describimos en la entrega anterior, por los que se borra una de las capas de nuestra historia: aniquilar el recuerdo de un opuesto político. Así sucedió con el Palacio Unzué. Antigua residencia de la acaudalada familia terrateniente de Mariano Unzué y su esposa Mercedes Baudrix, luego de la Gran Depresión de 1930 la familia perdió su fortuna y el Estado Nacional debió expropiar la casa y el terreno para saldar deudas en 1937. Transformado en el domicilio presidencial de Juan Domingo Perón y su esposa Eva Duarte, tras la Revolución Libertadora fue demolido para borrar toda huella del peronismo, especialmente el de esa mansión, transformada en punto de peregrinación tras la muerte de Eva allí mismo. En ese predio, entre 1962 y 1992 se levantó la Biblioteca Nacional (el noveno punto en nuestro mapa).


Tras la expropiación, el presidente Roberto Marcelino Ortiz decidió fundar por decreto un “Jardín de Infancia” en el Palacio Unzué en 1938, trasladándose al mismo el curso de profesorado de la materia.


Eva Duarte de Perón saliendo de la residencia presidencial, el palacio Unzué, en 1946. Archivo General de la Nación Argentina.


Los monumentos, con más alegrías que tristezas


Llegamos al final de este recorrido visitando los monumentos alegóricos. Salvo algunas excepciones, ellos se encuentran en buen estado de conservación, y a la vista accesible del transeúnte. En su mayoría, obsequios de los países amigos participantes de la Exposición, y otros propios, conozcamoslos. 


Monumento de los Españoles


El Monumento de los españoles, exhibiendo la blancura de su mármol de carrara, y en primer plano la alegoría en bronce de La Pampa, con un arado.



Conocido como Monumento de los españoles, su verdadero nombre es "Monumento a La Carta Magna y las Cuatro Regiones Argentinas". Está ubicado en avenida del Libertador y avenida Sarmiento. Se inauguró recién en 1926, luego de innumerables peripecias que incluyeron el naufragio en Brasil del barco que traía sus estatuas. Su estilo es el art nouveau, erigiéndose como el monumento en este estilo más grande del país, e incluso, grandilocuencia argentina mediante, muchos lo consideran ¡el monumento art nouveau más grande del planeta! Realizado en mármol de carrara, coronado en su punta con la estatua de la República, más abajo, en el pie del monumento está el Trabajo, y finalmente en la fuente las cuatro regiones del país: Los Andes, El Río de la Plata, La Pampa y El Chaco, cada una representada en bronce por su respectiva alegoría. Esta joya, obsequio de la colectividad española de la ciudad, merece su observación con tranquilidad y no la que le ofrecemos desde un auto, a la intrépida velocidad en la que circulamos en esta intersección de las dos avenidas. (10º punto en nuestro mapa).



Columna Meteorológica


Fotografía hacia 1910. La columna meteorológica en el barrio de Montserrat, su primer emplazamiento, donde ahora está el Monumento a Roca. Obsérvese los instrumentos de medición, hoy ya ausentes en el monumento.



Obsequio de la comunidad austro-húngara, su primer emplazamiento fue en la intersección de Perú y Alsina. El embajador von Schucker dijo en 1910, al colocar la piedra fundamental: “Quiera la columna pronosticar siempre grandes bienes al pueblo argentino. Es este el más sincero voto que hoy formula la colonia austro-húngara, y animado de este deseo, invito a mis compatriotas a exclamar conmigo ‘Salud a la Nación Argentina. Que florezca y crezca”. Al poco tiempo, fue trasladada a la Plaza Rodríguez Peña y, finalmente, llegó al Jardín Botánico en 1923, y sin sus instrumentos de medición. El ingeniero José Marcovich, austríaco de origen croata que se encontraba en nuestro país, fue comisionado para ejecutar la obra; la realizó en mármol blanco de la isla de Brac, ubicada en el Adriático. (11º en nuestro mapa).


Fuente Riqueza Agropecuaria Argentina


Detalle de los magníficos bajorrelieves en bronce, y detrás la alegoría en mármol “La agricultura”.



Conocida también como “Fuente Alemana en Buenos Aires”, obra del escultor alemán Gustav Adolf Bredow, fue realizada en mármol de carrara, bronce y piedra, y es el obsequio de la colectividad alemana. De forma circular, posee al centro un vertedero de agua. En el semicírculo posterior 16 bajorrelieves esculpidos en bronce representando los 16 estados federales alemanes. Por supuesto, muchos de estos bajorrelieves cayeron en la fiebre por el bronce que azota a la ciudad, y fueron robados. Al frente dos magníficos grupos escultóricos representan a “La agricultura” y “La ganadería”. Está ubicada en Plaza Alemania, en el barrio de Palermo, sobre la avenida Libertador. A título personal, mi favorita del recorrido (12º en nuestro mapa).


Monumento de Francia a la Argentina


Mármol de carrara, granito rojo y bronce, en el equilibrado monumento neoclásico de los franceses.



Obra del escultor francés neoclásico Edmond Peynot, fue de los pocos monumentos inaugurado en el mismo año 1910. Consta de varios grupos de figuras alegóricas. La principal, sobre el basamento circular en granito rojo pulido, representa a Francia y Argentina tomadas de la mano, avanzando firmes hacia el progreso. Las circundan cuatro alegorías, “La Ciencia”, “La Industria”, “La Agricultura” y “Las Artes”. Los cinco conjuntos fueron realizados en mármol de carrara. Completan la obra cuatro bajorrelieves en bronce que representan escenas históricas de “La toma de la Bastilla”, “El Cruce de Los Andes”, “El juego de pelota” y “La Primera Junta ”. Está ubicada en la plaza que lleva el nombre del país que lo obsequia, Plaza Francia, en Recoleta (13º en el mapa).


Torre Monumental


Vista nocturna de la Torre Monumental.



Popularmente conocida como Torre de los Ingleses, es efectivamente el obsequio de los residentes británicos en la ciudad para conmemorar el centenario. Está ubicada en Retiro, frente a las estaciones de tren, en la plaza Fuerza Aérea Argentina. Inaugurada finalmente el 24 de mayo de 1916, es una torre en estilo palladiano, de 60 metros de altura y con un reloj a sus 45 metros. Nuestro 14º punto en el mapa de este gran viaje por la ciudad, permite el ingreso y ascenso a la torre, conociendo su interior y disfrutando de una vista única de la ciudad. La entrada es sin reserva y al precio de 250 pesos (septiembre 2022), los días lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 18 hs (último ascenso 17:40). Sábados, domingos y feriados de 11 a 18 hs (Último ascenso 17:40). Los martes cerrado.


Monumento a Cristóbal Colón


Postal, circa 1930, con la Plaza Colón y su monumento. Detrás, la Casa Rosada.



La comunidad italiana homenajeó el centenario con el Monumento a Cristóbal Colón, obra del escultor italiano Arnaldo Zocchi. Realizado en Italia en mármol de Carrara, el propio Zocchi lo ensambló en Buenos Aires, en su emplazamiento original en Parque Colón, desde la Casa Rosada hacia el río. La piedra fundamental se colocó el 24 de mayo de 1910 y fue inaugurado en 1921. Su altura total es de 26 metros, correspondiendo los 6,25 metros finales a la estatua de Cristóbal Colón. En su base hay grupos escultóricos inspirados en los versos de Medea, la obra de Séneca, que representan a “La Ciencia”, “El Genio”, “El Océano” y “La Civilización”. Hay además imágenes relacionadas con la vida de Colón junto a unas alegorías que representan “La Fe” y “El Porvenir”. Vecina al Palacio de Gobierno, su historia está atravesada por los vaivenes de la política nacional. Su superficie conserva huellas de los proyectiles disparados durante el bombardeo a la Plaza de Mayo de 1955. Medio siglo después, y por razones políticas y cuestiones de seguridad perimetral a la Casa de Gobierno, en 2007 el gobierno nacional dispuso del Parque Colón, y comenzó un estudio de conservación y mantenimiento del Monumento para ver su estado. Los peritos determinaron que debido al peso de la estatua de Colón (40 toneladas) el conjunto padecía riesgos estructurales que afectaban su estabilidad. Fue entonces que se desmanteló, y comenzó un periplo para su nuevo emplazamiento. Su primer nuevo destino iba a ser en Mar del Plata, pero manifestaciones y una cautelar dictada por la jueza Rodríguez Vidal impidieron ese traslado. Finalmente fue vuelto a ensamblar en el espigón Puerto Argentino de la Costanera Norte, frente al Aeroparque Jorge Newbery, nuestro 15º punto de visita.


El monumento en su nuevo emplazamiento, frente al río, alejado del centro.


Monumento al General San Martín y a los Ejércitos de la Independencia


En 27 de mayo de 1910 se inauguró el pedestal para la estatua ecuestre del Libertador San Martín. La escultura original, obra del artista francés Louis-Joseph Daumas, fue inaugurada en 1862. Se trata del primer monumento ecuestre del país. En 1910 el escultor alemán Gustav Eberlein realizó un nuevo basamento, mucho más imponente, en granito rojo, y al San Martín a caballo se sumaron cinco grandes alegorías (Partida hacia la guerra, la Batalla, la Victoria y El regreso del vencedor.) y relieves, todos en bronce. Otro gran cambio fue la colocación de la escultura original, girada para que el prócer señalase al norte. Emplazado en su sitio original, la Plaza San Martín del barrio de Retiro, este es nuestro 16º sitio de visita.


El Monumento al General San Martín y a los Ejércitos de la Independencia. En lo alto la estatua ecuestre original, debajo, Dios Marte junto a un cóndor, y en primer plano, La batalla.


Monumento de los Dos Congresos


El magnífico Monumento a los Dos Congresos y detrás, el Congreso Nacional.



Nuestra última parada en este viaje por nuestra geografía porteña y a través del tiempo, es el Monumento a los Dos Congresos, levantado frente al palacio del Congreso Nacional. Encargado en 1910 al escultor Jules Lagae y al arquitecto Eugenio D’Huicque, ambos belgas, fue inaugurado en 1914. La escultura principal simboliza la República y está realizada en bronce oscuro. Dos figuras femeninas evocan la Asamblea de 1813 y el Congreso de Tucumán de 1816. Por su parte el arquitecto diseñó el precioso basamento construido con piedra proveniente de la ciudad francesa de Nancy, con escalinatas, terrazas y una gran fuente que representa al Río de la Plata, concluída con dos figuras alegóricas que simbolizan los ríos Uruguay y Paraná. Sea éste, naturalmente en la Plaza Congreso, el kilómetro cero de las rutas nacionales, nuestro 17º y último punto de visita.


El recorrido es arduo, diecisiete enclaves a lo largo y ancho de la ciudad. Los invitamos a estar atentos, y cuando transitemos alguna de estas zonas, detenernos unos minutos a observar estas magníficas obras, disfrutarlas y reflexionar. Vivir en la ciudad es muchas veces tedioso, contaminante desde muchos aspectos, pero también es vivir en la encrucijada de la historia y en un entorno de invaluable belleza. Enorgullezcámonos de lo que nuestros antepasados, criollos y de colectividades de inmigrantes supieron levantar, y ante todo, preservémoslo. Concluyamos citando el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del pasado 2 de agosto, respecto al conflicto por la restauración del Pabellón Argentino: “El patrimonio cultural de una nación preserva la memoria histórica de su pueblo y, en consecuencia, resulta un factor fundamental para conformar y consolidar su identidad. (...) Permite preservar los testimonios de civilizaciones pasadas y presentes, los que resultan indispensables puntos de referencia de toda sociedad a la hora de programar sus proyectos sociales futuros”.



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