El hallazgo de un inédito retrato fotográfico de Felipe Varela. Sorpresa de los antiguos arcones familiares

Felipe Varela. Retrato de estudio realizado hacia 1869 en Copiapó, Chile.



Felipe Varela y a su lado, el gobernador de San Juan, Juan de Dios Videla Moyano.



ABEL ALEXANDER


Historiador fotográfico argentino (n. 1943), investigador, restaurador, coleccionista y conservador de fondos fotográficos. Premio Gratia Artis (2021) otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina.


Es coautor de numerosos libros, ensayos, catálogos y artículos sobre la fotografía histórica argentina. En 2021 presentó su primer título de autoría exclusiva: Estos papeles son más fuertes que los ladrillos (Editorial ArtexArte. Colección Pretéritos Imperfectos. Buenos Aires). Desde hace décadas se desempeña como periodista especializado en fotografía antigua del diario Clarín de Buenos Aires.


Descendiente en 5ª generación del daguerrotipista y fotógrafo alemán Adolfo Alexander (1822-1881).


Curador de numerosas exposiciones sobre daguerrotipos y de antiguas fotografías a nivel nacional. Ha dirigido diversos Museos Fotográficos y Fototecas Históricas. En el año 1985 fue miembro fundador del Centro de Investigaciones sobre Fotografía Antigua en la Argentina "Dr. Julio F. Riobó".


Hacia 1992 inició junto a Miguel Ángel Cuarterolo y Juan Gómez los reconocidos Congresos de Historia de la Fotografía de trascendencia nacional e internacional a través de 12 encuentros.


Actualmente preside la Sociedad Iberoamericana de Historia de la Fotografía (SIHF).


Durante 15 años organizó junto a Juan Travnik las exposiciones sobre fotografía histórica nacional en la FotoGalería del Teatro San Martín, de la Ciudad de Buenos Aires.


Desde el año 2006 y hasta 2018 se desempeñó como Asesor histórico-fotográfico de la Fototeca "Benito Panunzi" de la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno", de Buenos Aires.


Ha editado diversas colecciones fotográficas como "La Fotografía en la Historia Argentina", "Escenas de la Vida Cotidiana”, "Un Siglo de Fotografía Argentina" y otros títulos sobre ésta temática histórica.


En septiembre de 2017 participó como co-autor y expositor invitado de la muestra "La Fotografía en Argentina (1850-2010). Continuidad y Contradicción" organizada por el J. Paul Getty Museum de Malibu, California.


En el año 2021 fue designado Académico Correspondiente en la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina.


Por Abel Alexander *

La enorme figura del caudillo montonero Felipe Varela -conocido como el "Quijote de los Andes"- quién condujo en el período de la Organización Nacional a miles de paisanos alzados voluntariamente en armas contra la hegemonía de Buenos Aires y por el sueño de la unidad latinoamericana, ha sido, sigue siendo y será materia de estudio y análisis para los investigadores de nuestra historia más profunda. Es así como se dispone de una abundante bibliografía referida a su breve y sonada trayectoria. Varela nació el 11 de mayo de 1821 en la pequeña localidad catamarqueña de Huaycama y falleció víctima de tisis durante su exilio en el pueblo de Nantoco - Tierra Amarilla (Chile) con solo 49 años.


Al margen de tan copiosa obra, hoy queremos abordar un tema especial de su biografía, poco o nada investigado; nos referimos a su escasa representación fotográfica y lo hacemos a la luz de un nuevo hallazgo que reputamos como de extraordinaria importancia. Para avanzar en este ensayo, diremos en primer lugar que su iconografía expresada a través del grabado, la litografía, el dibujo, la pintura, la caricatura e incluso, los monumentos escultóricos, se ha basado absolutamente en los pocos registros fotográficos hasta aquí conocidos, ninguno de ellos acudiendo como modelo a este magnífico retrato de cámara.


Todos sus retratos fotográficos


Es interesante señalar que el arribo del daguerrotipo en la Argentina se produjo a mediados de 1843 y, desde esa lejana fecha, el nuevo invento de la fotografía -volcado con fuerza a la explotación comercial del retrato- se instaló abrumadoramente en la ciudad de Buenos Aires, mientras que la presencia de profesionales de la cámara en el interior del país fue bastante escasa, por cierto. Este fenómeno incidió en la producción iconográfica de figuras destacadas en las provincias, como lo fue el caso de Felipe Varela. 


Señalamos en primer término un retrato de estudio; el mismo está realizado en la modalidad de medio busto y en donde Varela posa mirando directo hacia la cámara gringa. Para esta formal ocasión luce traje oscuro de etiqueta, camisa blanca de cuello alto y corbata moño al tono de la misma. El abundante cabello y su poblada barba destacan los característicos bigotes. No se conoce el autor.


Aquel retrato se nos presenta ilustrando la primera edición de “Felipe Varela contra el imperio británico”, de R. O. Peña y E. Duhalde (Schapire editor, Buenos Aires, 1975).


Otro conocido registro fotográfico -como única ilustración en la biografía de Felipe Varela publicada en la "Gran Enciclopedia Argentina" de Diego Abad de Santillán (1963)- lo muestra en la galería de pose de un fotógrafo no identificado. El caudillo se encuentra sentado junto a un grupo de cuatro partidarios entre militares y civiles. En esta ocasión lo vemos con su característico sombrero blanco (como siempre ladeado) y el infaltable poncho usado en forma de amplia U.


Retrato grupal con Felipe Varela y su inconfundible vestimenta. Adviértase el particular uso del poncho.


Luego sumamos el retrato de Felipe Varela junto a su aliado Juan de Dios Videla Moyano (1815-1880) -gobernador provisorio de San Juan y ex gobernador de San Luis- reproducido hacia el año 1867 por la firma porteña de Carlos Descalzo e Hijo con atelier en la calle Artes N°10.  Aquí y como en el ejemplo anterior, luce sombrero claro, ladeado, poncho cruzado al pecho y sus destacados bigotes. Debemos señalar que el fotógrafo autor de estas tarjetas de visita obtuvo por lo menos dos poses diferentes en dicha sesión, una muestra al coronel con los brazos al costado y la restante (ver imagen) con uno de ellos en posición de jarra, símbolo universal que se puede interpretar como: "vamos a pelear". [1] Su varonil figura -esta vez en un recorte de aquella versión- ilustra su presencia en la colección “Biografías argentinas y sudamericanas” de Jacinto R. Yaben, publicada en 1940. [2] Fin de su escasa iconografía fotográfica.


Una de las dos tomas mencionadas. En el otro ejemplar conservado en el Museo Histórico Nacional se verifica la autoría del fotógrafo sanjuanino Desiderio Aguiar. En la imagen se aprecia que ambos personajes muestran sus rebenques indicando su carácter de jinetes. Inv. 786. Museo Histórico Sarmiento, Buenos Aires.


En el reverso de la misma, el número de inventario y de puño y letra de Felipe Varela, una dedicatoria “A los SS Coroneles Don // Nicolás Agüero y Bernardo // Marañón en prueva (sic) de simpatía”, con su firma y rúbrica. Inv. 786. Museo Histórico Sarmiento, ciudad de Buenos Aires.


Un desconocido retrato sobre Felipe Varela


A tan corta galería sobre su imagen plasmada en sensibles sales de plata, ahora se suma este hallazgo fenomenal sobre un retrato inédito del famoso caudillo andino. Se trata de una "carte-de-visite" en copia vintage y donde Felipe Varela posa de pie frente a la cámara del fotógrafo francés Emilio Garreaud (1835-1875).


Como un antecedente histórico-fotográfico universal, diremos que la irrupción de las pequeñas tarjetas de visita fue una genial innovación técnica generada hacia 1854 por el francés André Adolphe Eugene Disdéri (1819-1889) y obtenida gracias a los nuevos negativos al colodión húmedo y sus copias en papel a la albúmina. La tradicional cámara de estudio ahora modificada con cuatro objetivos permitía entregar al cliente 12 retratos en distintas poses y a un precio muy inferior a los costosos daguerrotipos. La exitosa novedad europea de Disdéri arribó a nuestro país hacia 1860 y significó el fin de muchos daguerrotipistas y ambrotipistas locales pero, a su vez, permitió la rápida multiplicación de nuevos estudios volcados al retrato en numerosos pueblos y ciudades de todo el país.


Sobre Pierre Émile Garreaud se sabe que fue uno de los retratistas fotográficos más famosos afincados en Perú -donde arribó en noviembre de 1855- con un primer establecimiento inaugurado en Lima solo un año después. 


Hernán Rodríguez Villegas -autor de la conocida obra "Fotógrafos en Chile durante el siglo XIX" (2001)- nos indica que, aupado en sus notables éxitos comerciales, desembarcó en la vecina Chile por 1863 inaugurando una sucursal en la ciudad de Copiapó, por entonces importante centro minero abocado a la extracción de plata en el desierto de Atacama.


Esta obra fotográfica a la albúmina se encuentra montada sobre un soporte secundario de cartulina blanca con la publicidad impresa en color rojo, siguiendo la moda impuesta por el célebre fotógrafo parisino Nadar. El retrato  presenta el marco de una línea perimetral impresa en el mismo tono. Al frente y sobre su borde inferior se ubica la leyenda: "E. Garreaud y Cía. - Copiapó". El dorso totalmente impreso lo encabeza el escudo chileno y la firma cruzada: "E. Garreaud y Cía. - Copiapó y finalmente: "Exposición Universal de 1867. París" Esto nos indica que Garreaud participó y obtuvo una distinción por sus obras fotográficas en esta grandiosa exhibición francesa, la cual fue visitada por 9 millones de personas provenientes de todo el mundo y con la participación de 52.000 empresas: una de sus mejores atracciones fue el globo aerostático del fotógrafo Nadar.


Consideramos que el espléndido retrato que hoy admiramos fue ejecutado aproximadamente hacia 1869 y en horas del mediodía en aquel estudio copiapino; nos muestra la varonil figura de Felipe Varela enfrentando de pie a la cámara con sus cuatro brillantes objetivos. Viste traje uniforme con pantalón listado, chaleco abotonado -se percibe la cadena del reloj- y camisa blanca. Como siempre ostenta su gran sombrero blanco que, se encuentra echado hacia atrás para eliminar la inevitable sombra por la iluminación cenital.


El artista francés y el bravo guerrero se encuentran ahora frente a frente y, en esta ocasión, el segundo obedece las indicaciones del primero. La "mise-en-scène" decimonónica incluye el clásico telón de fondo pintado con un apropiado paisaje de montaña, un lujoso cortinado en gran caída y la alfombra lisa y clara. La necesaria iluminación natural que modela el rostro proviene de una fuente lateral de la vidriada galería ubicada en lo alto de aquel estudio copiapino.


Detalle de la carte-de-visite. Fotografía Garreau. Copiapó, Chile. Circa 1869.


Es definitivamente un retrato de carácter, donde el caudillo argentino posa de manera serena con una mano en el bolsillo y la otra apoyada en la curva del poncho, presentado en U, con sus extremos hacia atrás, como lo usaba. Ostenta sus poblados bigotes blancos y una mirada profunda. Muy delgado por el avance de la tuberculosis muestra aún aquel porte señorial y la distinción propia de su antiguo linaje catamarqueño.


A manera de conclusión


Estamos convencidos que la decisión personal al retratarse en el atelier del francés Garreaud, estuvo vinculado a su grave padecimiento como enfermo de tisis e imaginamos que, la docena de pequeños retratos ya tenían marcados los destinos para su esposa e hijos. Y también habría copias para sus fieles montoneros; esa costumbre ya estaba extendida, bien lo demuestra el ejemplar conservado en el Museo Histórico Sarmiento. Guerrero en mil entreveros esquivando siempre la muerte y aquí, una vez más, se burla de ella a través de estas mágicas imágenes de plata, las que sabe muy bien, lo sobrevivirán al fatal destino.    


Podemos afirmar y de manera categórica que se trata del mejor retrato fotográfico -conocido- sobre la gran figura de Felipe Varela; imagen que estuvo resguardada y cuidada por más de 150 años a través de una amorosa cadena de archivos familiares.


Notas: 

1. Otro ejemplar de la misma se conserva en el Museo Histórico Nacional bajo la catalogación N° 6294: "Retrato del General Juan de Dios Videla con Felipe Varela. Cuerpo entero. Fotografía coloreada. Medida: 56 x 94. Objeto N° 10226", según el Catálogo del MHN editado por el Ministerio de Educación de la Nación, tomo II, Buenos Aires, 1951. Ante las consultas realizadas verificamos que se trata de una obra de Desiderio Aguiar, indicado con un sello húmedo: «D. Aguiar / Fotógrafo / S. Juan». 


Esta toma ilustra la portada del libro “Felipe Varela caudillo americano” de Rodolfo Ortega Peña y Eduardo L. Duhalde (El bloque editorial, Buenos Aires, 1992) y con sendos recortes de ambos personajes, la tapa de “Felipe Varela. Su historia”, obra publicada por la editorial Plus Ultra en la colección Los argentinos.


2. Diego A. de Santillán, Gran Enciclopedia Argentina, Ediar Soc. Anon Editores, Buenos Aires, 1963, Tomo VII, pág. 309.


Agradecemos la información brindada por la directora del Museo Histórico Sarmiento, Virginia Fernanda González; Ezequiel Canavero del Museo Histórico Nacional; el historiador del arte Roberto Amigo; Jorge Carman, de la Asociación Amigos del MHN y Marcelo Mazza del Museo Americanista de Lomas de Zamora.


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